Preparar la masa de la tarta, uniendo en un bol la harina y el azúcar, en el centro ubicar la manteca y las yemas con la esencia de vainilla. Con la ayuda de una espátula, destrozar la manteca y formar una masa suave, si es necesario agregar un poco de la leche. Forrar entonces una tartera mediana y de bordes altos (4 cm), estirando suavemente con las manos y cuidando que no queden fisuras por donde el relleno se filtre. Poner un ratito en horno moderado, que se seque un poco. Mientras tanto, batir apenas las claras de huevo, agregar el azúcar, batir un poco más y sumar la crema de leche. Mezclar bien y volcar en la tartera forrada. Cocinar en horno moderado por más o menos 40 minutos que se vea que el relleno coaguló. Tener en cuenta que una vez fría quedará más firme.

Forrar un molde redondo de 30 cm con la masa para tartas, afirmandola bien en el centro y bordes para que no se corra al cocinar. Llevar al horno por 15 ó 20 minutos sin que se dore. Para la crema, usar plancha de amianto sobre la hornalla, en una cacerola poner a hervir 600 gramos de crema, el azúcar y revolver con cuchara de madera. Cuando esté caliente, agregar 2 cucharadas de fécula de maíz disuelta en 1/2 taza de leche, revolver hasta que hierva y apagar la hornalla. Agregar a la crema las claras batidas y revolver bien. Con un cucharón poner la crema sobre la masa y distribuir las pasas sultanas por toda la crema. Llevar de nuevo al horno. Cocinar a fuego moderado hasta que se dore el borde. Servir bien fría.

Forrar un molde redondo de 30 cm con la masa para tartas, cocinar un poco, hasta secar. Para la crema, batir un poco las claras, colocar el azúcar batiendo un poco más. Sumar la crema de leche y la fécula de maiz apenas diluida en un poco de leche fría. Llevar al horno moderado. Cocinar a durante 40 a 50 minutos hasta que se dore el borde. Sacar con cuidado, dejar enfríar muy bien.